Ser puntuales también honra a Dios
- Tesoros en el cielo

- 10 nov
- 3 Min. de lectura
Lectura bíblica: Eclesiastés 3:1
Sofía era una niña muy buena, amable con todos, pero tenía un pequeño defecto que a veces causaba muchos problemas: nunca llegaba a tiempo a nada. Siempre se levantaba tarde, se arreglaba despacio, y parecía que el reloj no le importaba mucho.
Cuando su mamá la llamaba para desayunar, Sofía decía: —¡Cinco minutos más! —y seguía acostada viendo su tablet. Cuando era hora de ir al colegio, su mamá ya la esperaba en la puerta con la mochila lista, mientras Sofía aún buscaba sus zapatos.
Pero lo peor fue un domingo. Ese día, el grupo de niños tenía un ensayo especial para participar en el culto. Todos habían practicado durante semanas. La maestra había dicho claramente:
—Niños, por favor, estén aquí a las 8:30 en punto. Vamos a cantar para el Señor, y Él merece lo mejor de nosotros.
Sofía se levantó tarde, desayunó sin prisa y salió apurada cuando ya eran casi las nueve. Cuando llegó a la iglesia, los niños ya estaban cantando. Ella entró corriendo, pero ya era demasiado tarde para subir al escenario.
Se sentó al fondo, triste y avergonzada. —¿Por qué siempre me pasa lo mismo? —pensó mientras veía a sus amigos cantar con alegría.
Después del culto, su maestra se acercó con ternura y le dijo:
—Sofía, Dios no se enoja contigo, pero quiere que aprendas a valorar el tiempo. Ser puntual también es una forma de honrarlo.
Esas palabras quedaron grabadas en su corazón. Esa noche, al llegar a casa, abrió su Biblia y leyó:
"Todo tiene su tiempo…” — Eclesiastés 3:1
Sofía se dio cuenta de algo importante: Dios es un Dios de orden y propósito, y ser responsables con el tiempo es parte de reflejar Su carácter.
Esa noche oró:
—Señor, perdóname por llegar tarde y no valorar el tiempo que Tú me das. Ayúdame a ser responsable y a darte siempre lo mejor. En el nombre de Jesús, amén.
La semana siguiente, se propuso cambiar. El sábado preparó su ropa, limpió sus zapatos y dejó su Biblia lista. El domingo, cuando su mamá fue a despertarla, Sofía ya estaba de pie.
Llegaron a la iglesia tan temprano que fue la primera en saludar a la maestra. —¡Qué sorpresa, Sofía! —dijo sonriente—. Hoy llegaste antes que todos.
—Sí —respondió ella—. Quiero estar lista para Dios. Él merece mi tiempo.
Durante el culto, cantó con alegría y sintió en su corazón algo hermoso: la paz de saber que estaba agradando al Señor con su obediencia y esfuerzo.
Desde ese día, Sofía cambió. En la escuela, en casa y en la iglesia, comenzó a organizarse mejor. Ya no llegaba corriendo ni con prisas; aprendió que la puntualidad demuestra respeto, amor y responsabilidad.
Y cuando alguien se retrasaba, ella les decía con una sonrisa:
—¡Vamos, no lleguemos tarde, que Dios merece lo mejor!
Con el tiempo, su buen ejemplo motivó a otros niños, incluso a algunos adultos, que veían en ella una actitud diferente. Sofía entendió que la puntualidad no era solo una costumbre… era una forma práctica de adorar a Dios.
Dios nos da cada día 24 horas, y espera que usemos ese tiempo sabiamente. Llegar a tiempo, prepararnos con anticipación, cumplir lo que prometemos, son maneras de decir:
“Señor, valoro lo que me diste, y quiero servirte con excelencia.”
Pregunta a tus hijos cual es la enseñanza que aprendieron hoy...
Enseñanza de hoy: El tiempo es un regalo de Dios.
¿A qué cosas sueles llegar tarde?
¿Estas dando prioridad a las cosas de Dios en tu tiempo?
¿Usas tus horas de manera sabia o las desperdicias?
Dios es un Dios de orden, y la puntualidad refleja Su carácter en nosotros. Cuando llegamos a tiempo a nuestras responsabilidades, mostramos respeto por los demás y gratitud por el tiempo que Él nos da.
Ser puntual no se trata solo de no llegar tarde, sino de honrar a Dios con una vida organizada, disciplinada y responsable.
Cada minuto que cuidamos, es una oportunidad para glorificar a nuestro Creador.
El creyente que valora el tiempo, demuestra amor por Dios y madurez en su fe.
🎯 Reto de hoy:
Prepara tus cosas con anticipación.
Si tienes culto, clase o escuela, alístate con tiempo y pídele a Dios que te ayude a ser disciplinado.
Recuerda: cada minuto que usas bien, es un regalo que devuelves a Dios con amor. 💛
Versículo clave: Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Es Hora de Orar...
🌈✨ ¿Te gustaría ir al cielo… pero no sabes cómo? ✨🌈
¡Tenemos una buena noticia para ti!
Dios te ama y quiere que estés con Él para siempre.
Descubre el camino con nosotros paso a paso. 🚶♂️🚶♀️💖

Comentarios