Palabras que hieren o palabras que sanan
- Tesoros en el cielo
- 11 oct
- 3 Min. de lectura
Lectura bíblica: Efesios 4:29
Sofía era una niña divertida, bromista y muy popular en su escuela. Todos querían estar cerca de ella porque siempre tenía algo que decir, y su risa contagiaba a todos. Pero, sin darse cuenta, comenzó a usar su alegría de una manera que lastimaba a otros.
En su clase había una niña nueva llamada Valeria. Era callada, usaba lentes grandes y a veces tartamudeaba cuando hablaba. Un día, durante el recreo, Sofía se burló de cómo Valeria pronunciaba las palabras. —¡Hablas como un robot! —dijo riendo.
Los demás comenzaron a reírse también, y Sofía se sintió “graciosa”. A partir de ese día, cada vez que Valeria levantaba la mano para participar, Sofía hacía alguna burla. La pobre niña empezó a evitar hablar en clase. Se sentaba sola y comía sin decir palabra.
Una mañana, la maestra de grupo notó lo que pasaba. —Niños —dijo con voz firme—, quiero hablarles de algo serio. Burlarse de los demás no es correcto. Las palabras hieren el corazón más de lo que imaginan.
Sofía miró al suelo. Sabía que se refería a ella. Esa tarde, mientras caminaba a casa, no podía dejar de pensar en lo que había dicho la maestra. —Solo estaba jugando… —se repetía—. No era tan grave.
Pero cuando llegó a casa, su mamá la vio pensativa. —¿Qué pasa, hija? —le preguntó.
Sofía le contó lo que había sucedido, esperando que su mamá le restara importancia. Pero su mamá la miró con amor y le dijo:
—Hija, Jesús nos enseña que nuestras palabras pueden traer vida o destrucción. Cuando haces reír a costa del dolor de alguien, no es una broma: es una herida.
Sofía sintió un nudo en la garganta. —No quería lastimarla, mamá. —Lo sé —respondió ella—, pero a veces el daño no se mide por lo que querías hacer, sino por lo que realmente hiciste.
Esa noche, Sofía no pudo dormir. En su mente escuchaba una frase que había aprendido en la iglesia:
"Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
Pensó en cómo se sentiría si alguien se riera de ella frente a todos. Lloró en silencio y oró:
—Señor Jesús, perdóname. Fui cruel con mis palabras. Dame valor para pedir perdón y aprender a hablar con amor. En el nombre de Jesús, Amén.
Al día siguiente, cuando llegó a la escuela, su corazón latía fuerte. Buscó a Valeria antes de entrar a clase. —Valeria… —dijo con voz temblorosa—, quiero pedirte perdón por haberme burlado de ti. Me porté mal y estoy muy arrepentida.
Valeria levantó la mirada, sorprendida. —Gracias, Sofía —dijo con una sonrisa—. Ya te perdono.
Desde ese día, todo cambió. Sofía empezó a defender a Valeria cuando alguien hacía comentarios feos, y juntas se hicieron amigas. Comenzó a usar su alegría para animar, no para humillar. Cada vez que veía a alguien solo, se acercaba con cariño y compartía palabras amables.
Con el tiempo, toda la clase notó el cambio. La maestra dijo en una reunión:
—Estoy muy orgullosa de Sofía. Aprendió que el verdadero liderazgo no se muestra con burlas, sino con respeto y amor.
Sofía sonrió. En su corazón sabía que Dios había cambiado su manera de pensar y de hablar. Había comprendido que el bullying no es una broma, sino una forma de herir, y que las palabras pueden ser usadas para sanar si vienen del amor de Cristo.
Pregunta a tus hijos cual es la enseñanza que aprendieron hoy...
Enseñanza de hoy: Usa tus palabras para animar, no para herir.
¿Alguna vez te has reído de alguien por cómo habla o se viste?
¿Qué podrías hacer si ves que otros se burlan de un compañero?
¿Cómo puedes usar tus palabras para hacer sentir bien a los demás?
El bullying no agrada a Dios porque hiere los corazones que Él ama. Las palabras tienen poder: pueden destruir o pueden sanar. Cuando usamos nuestras palabras para burlarnos, apagamos la luz de los demás; pero cuando las usamos para animar, estamos reflejando el amor de Jesús.
Dios quiere que tratemos a todos con respeto, sin importar cómo se vean o hablen. Ser amable, pedir perdón y aprender a cambiar demuestra que Jesús vive en nuestro corazón. La verdadera amistad nace cuando dejamos la burla y elegimos amar.
🎯 Reto de hoy:
Dile algo bonito o de ánimo a un compañero que parezca triste o solo. 💬💛
¡Recuerda! Una palabra amable puede alegrar un corazón y mostrar el amor de Jesús.
Versículo clave: Efesios 4:29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Es Hora de Orar...
🌈✨ ¿Te gustaría ir al cielo… pero no sabes cómo? ✨🌈
¡Tenemos una buena noticia para ti!
Dios te ama y quiere que estés con Él para siempre.
Descubre el camino con nosotros paso a paso. 🚶♂️🚶♀️💖
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