La Sabiduría Que Guarda y Honra a Dios
- Tesoros en el cielo

- 14 nov
- 3 Min. de lectura
Lectura bíblica: Proverbios 21:20
Alex era alguien muy entusiasta. Cada vez que recibía dinero —ya fuera un apoyo, un regalo o el pago por algún trabajo— decía:
—Esta vez sí me va a durar… esta vez sí lo voy a usar bien.
Pero los días pasaban y, sin darse cuenta, Alex gastaba en cosas pequeñas, impulsivas y sin importancia: antojos, compras rápidas, cosas que no se necesitaban realmente. Y cuando surgía algo importante, nunca había lo suficiente.
Un día, después de revisar la cartera vacía, Alex dijo frustrado:
—No entiendo cómo se me acaba tan rápido…
Esa tarde, una persona mayor en la familia, llena de sabiduría y paciencia, se acercó y preguntó:
—¿Qué te preocupa?
Alex respondió:
—Cada vez que quiero ahorrar o usar bien mi dinero… termino gastándolo en cosas que ni siquiera recuerdo.
La persona sonrió con ternura y dijo:
—Dios nos enseña a administrar bien todo lo que nos da. No importa cuánto tengas, sino cómo lo usas. Mira este versículo…
Buscó una Biblia que estaba sobre la mesa y leyó en voz calmada:
“Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el insensato todo lo disipa.” —Proverbios 21:20
Alex lo escuchó con atención.
—¿Sabes qué significa? —continuó la persona—. Que el sabio cuida, planea, almacena y valora lo que Dios le da. Y el insensato lo gasta sin pensar, sin orden, sin propósito. No es cuestión de tener mucho o poco… es cuestión de sabiduría.
Esas palabras quedaron resonando en el corazón de Alex.
Esa noche, al acostarse, pensó:
—Dios me da recursos porque confía en mí… pero yo los estoy dejando ir sin pensar. Estoy pidiendo más, sin cuidar lo que ya tengo. Quiero ser sabio… no alguien que disipa todo.
Al día siguiente, Alex decidió hacer pequeños cambios. Antes de gastar dijo:
—¿Lo necesito de verdad? Antes de comprar preguntó:
—¿Esto honra a Dios? Y antes de recibir dinero oró:
—Señor, ayúdame a administrarlo con sabiduría. Esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
No fue fácil. A veces sentía la tentación de comprar algo solo por impulso. Otras veces pensaba:
—Es solo un gustito… ¿qué tiene?
Pero cada vez recordaba las palabras del versículo:
“El sabio guarda… el insensato disipa.”
Poco a poco, Alex comenzó a ver los frutos. El dinero rendía más. Ya no había estrés cuando surgía un imprevisto. Había paz al planear. Y sobre todo… había un profundo agradecimiento porque Dios estaba guiando cada decisión.
Un domingo, en la iglesia, el pastor dijo algo que quedó grabado en su corazón:
“Administrar bien el dinero no es amar el dinero… es amar a Dios lo suficiente como para honrarlo con lo que tienes.”
Alex entendió que administrar con sabiduría no era ser tacaño, ni vivir preocupado, ni evitar disfrutar la vida. Era reconocer que cada recurso era un regalo de Dios… y que administrarlo bien era una forma de adorarlo.
Desde entonces, cada vez que recibe dinero, Alex cierra los ojos y dice:
—Gracias, Señor. Lo usaré con sabiduría y con propósito.
Y así, Alex aprendió que la verdadera prosperidad no llega cuando se tiene más… sino cuando se honra a Dios con lo que ya se tiene.
Pregunta a tus hijos cual es la enseñanza que aprendieron hoy...
Enseñanza de hoy: La sabiduría al usar el dinero honra a Dios.
¿Gastas impulsivamente o con sabiduría?
¿Piensas en Dios antes de usar tu dinero?
¿Guardas algo para el futuro o lo gastas todo de inmediato?
¿Tus decisiones financieras muestran gratitud y responsabilidad?
Dios nos recuerda que todo lo que tenemos —incluido el dinero— es un regalo que Él pone en nuestras manos para cuidarlo con sabiduría. Administrar bien no es solo ahorrar: es aprender a honrar a Dios en cada decisión, evitando el impulso, pensando antes de gastar y siendo responsables con lo que ya tenemos. La verdadera madurez espiritual también se ve en cómo manejamos nuestros recursos. Quien administra con sabiduría vive con paz, propósito y provisión; pero quien gasta sin pensar vive preocupado, vacío y sin fruto.
Hoy aprendemos que la bendición no depende de cuánto recibimos, sino de cómo obedecemos. Usar el dinero con prudencia es una forma de adorar al Señor y demostrar que confiamos en Su dirección.
🎯 Reto de hoy:
Separa tres cosas:
Lo que necesitas
Lo que puedes esperar
Lo que no te sirve
Ora antes de gastar y decide ahorrar una parte, aunque sea pequeña. Los pequeños pasos construyen una vida de sabiduría.
Versículo clave: Proverbios 21:20
Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el insensato todo lo disipa.
Es Hora de Orar...
🌈✨ ¿Te gustaría ir al cielo… pero no sabes cómo? ✨🌈
¡Tenemos una buena noticia para ti!
Dios te ama y quiere que estés con Él para siempre.
Descubre el camino con nosotros paso a paso. 🚶♂️🚶♀️💖

Comentarios