¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO NO LO VEO?

(Parte 2)

Leer: Salmo 139:7-10, Jeremías 23:23-24

Nina estaba acostada en su cama, mirando el techo con los ojos bien abiertos.

—¿Estás despierta? —susurró Tomi desde su camita.

—Sí —respondió Nina.

¿Por qué no estás durmiendo?

—Porque no veo a Dios —dijo Tomi con voz bajita. Dijiste que siempre está con nosotros, pero... ¿dónde está?

Nina se quedó callada por un momento. Luego se levantó, tomó a su osito de peluche y se acercó a Tomi.

—Ven, vamos a preguntarle a Papá —dijo.

Bajaron en silencio y encontraron a Papá leyendo en la sala.

—Papá —dijo Nina—. Tomi tiene una pregunta importante.

Papá dejó el libro a un lado y sonrió.

—¿Qué pasa, campeón?

—No puedo ver a Dios —dijo Tomi con carita triste. ¿Dónde está?

Papá abrió sus brazos y los dos niños se sentaron junto a él.

—Es una pregunta muy buena —dijo Papá

—. A veces no podemos ver a Dios con nuestros ojos, pero eso no significa que no esté.

¿Puedes ver el aire?

—No —dijo Tomi, pero sí lo respiro.

—¡Exacto! —Papá sonrió. Dios está en todos lados. Siempre. Aunque no lo veas, puedes sentir su amor, su ayuda y su compañía.

—¿Hasta cuando estoy en el baño? —preguntó Tomi con cara seria.

Papá se rió suavemente.

—Sí, también ahí. Y cuando tienes miedo, y cuando estás contento, o cuando estás triste. Dios está contigo.

Nina miró a Tomi y sonrió.

—Entonces... no estamos solos nunca, ¿verdad?

—Así es —dijo Papá. Dios prometió estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Pregunta a tus hijos:¿Dónde crees que está Dios cuando estás en la escuela, en el parque o cuando te sientes solo?

Pregunta a tus hijos cual es la enseñanza que aprendieron hoy...

Enseñanza de hoy: DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES Y NUNCA NOS DEJA

Aunque no podamos verlo con nuestros ojos, Dios está con nosotros todo el tiempo y en todo lugar. Él nos cuida, nos escucha y siempre está cerca, incluso en los momentos más difíciles.

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 139:7-8

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

Es Hora de Orar...