Corre la carrera de la fe
- Tesoros en el cielo

- 11 nov
- 3 Min. de lectura
Lectura bíblica: 1 Corintios 9:24-25
Mateo era un niño apasionado por el deporte. Le encantaba correr, saltar y sobre todo jugar fútbol. Cada tarde, apenas terminaba la tarea, salía corriendo con su balón al parque para entrenar. Su sueño era ser el mejor jugador de su equipo.
Pero con el tiempo, algo cambió en su corazón. Ya no jugaba con alegría, sino con orgullo. Quería ganar a toda costa, y cuando las cosas no salían como él quería, se enojaba con los demás. —¡Pásame bien la pelota! —gritaba— ¡Así no vamos a ganar nunca!
Un sábado, durante un torneo de su escuela, el entrenador les dijo:
—Chicos, recuerden que no solo importa ganar, sino jugar con respeto y compañerismo.
Pero Mateo no escuchó. Jugó con fuerza, pero también con enojo. Regañó a sus compañeros, discutió con el árbitro y, al final, su equipo perdió. En vez de animar a los demás, Mateo pateó el balón con rabia y se fue a casa sin despedirse.
Esa noche, su papá se sentó a su lado y le dijo con calma:
—Hijo, ¿por qué estás tan molesto?—Porque merecíamos ganar, pero los otros jugaron mal —respondió. Su papá suspiró y dijo:
—¿Sabes, Mateo? No ganaste el partido, pero también perdiste algo más importante: la oportunidad de mostrar el carácter de Jesús.
Mateo se quedó callado. Esas palabras lo hicieron pensar. Su papá continuó:
—Dios nos enseña que la vida es como una carrera. No todos llegan primero, pero los que corren con fe, paciencia y humildad, reciben la verdadera recompensa: una corona eterna.
Esa noche, antes de dormir, Mateo oró:
—Señor, perdóname. Me olvidé de Ti mientras jugaba. Pensé más en ganar que en agradarte. Ayúdame a ser un buen jugador y un mejor hijo tuyo. En el nombre de Jesús, amén.
Pasaron los días y algo empezó a cambiar. En el siguiente entrenamiento, cuando uno de sus compañeros falló un pase, Mateo respiró profundo y dijo:
—Tranquilo, sigue intentando, tú puedes.
Su entrenador sonrió al verlo actuar diferente. Con el tiempo, Mateo aprendió a disfrutar el deporte de otra manera. Ya no se trataba de ganar por orgullo, sino de jugar para glorificar a Dios.
En la próxima competencia, su equipo volvió a llegar a la final. Y esta vez, antes del partido, Mateo se arrodilló con los demás jugadores y dijo:
—Oremos. Que sea Dios quien nos dé fuerza y que juguemos con alegría.
Ganaron aquel día, pero la mayor victoria no fue el trofeo… fue el cambio en su corazón. Mateo entendió que el deporte era una herramienta de Dios para enseñarle paciencia, humildad, disciplina y amor.
Desde entonces, cuando alguien se burlaba o se enojaba, él respondía con calma. Y muchos niños comenzaron a imitar su actitud. Había aprendido la lección más grande: el buen deportista no solo entrena su cuerpo, sino también su corazón.
Pregunta a tus hijos cual es la enseñanza que aprendieron hoy...
Enseñanza de hoy: El mejor deportista no es quien gana más, sino quien juega con amor, humildad y fe en Dios.
¿Juegas o participas con una actitud que agrade a Dios?
¿Cómo reaccionas cuando pierdes o las cosas no salen como esperas?
¿Estás corriendo la carrera de la fe con amor, humildad y perseverancia?
El deporte nos enseña mucho más que ganar o perder. A través de él, Dios forma nuestro carácter, nos enseña a trabajar en equipo, a controlar nuestras emociones y a ser humildes.
La verdadera victoria no está en tener una medalla o un trofeo, sino en aprender a vivir con disciplina y obediencia al Señor.
Cada carrera, partido o juego es una oportunidad para mostrar el amor de Cristo y glorificarlo con nuestra actitud.
Dios no busca campeones en fuerza, sino en fe y en corazón.
🎯 Reto de hoy:
Antes de jugar o entrenar, ora y dile a Dios: “Señor, ayúdame a jugar con alegría y buen testimonio.” Si ganas, da gracias con humildad. Si pierdes, sonríe y felicita a los demás.
Recuerda: el mejor deportista es el que tiene un corazón lleno de amor por Jesús. 💛⚽
Versículo clave: 1 Corintios 9:24-25
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Es Hora de Orar...
🌈✨ ¿Te gustaría ir al cielo… pero no sabes cómo? ✨🌈
¡Tenemos una buena noticia para ti!
Dios te ama y quiere que estés con Él para siempre.
Descubre el camino con nosotros paso a paso. 🚶♂️🚶♀️💖

Comentarios